Las
 Ruinas de Brookmere. Antaño el magnifico castillo bullía de risas y 
canciones. Ahora todo eso ha desparecido. Hace mucho, en los tiempos de 
la Gran Hambruna, los Trasgos, Orcos y otros monstruos llegados de las 
lejanas Tierras Heladas cayeron sobre Brookmere en busca de comida y 
tesoros, destruyendo todo lo que encontraron a su paso, incluido el 
castillo.
Los defensores de Brookmere, inferiores en número y 
atacados por sorpresa, sucumbieron con rapidez ante la furia sangrienta 
de la horda de monstruos. Ni siquiera pudieron pedir ayuda a los reinos 
vecinos. Aunque lucharon valientemente los elfos no tenían ninguna 
posibilidad de vencer. El rey Cedrus, abatido, ordenó a su pueblo que se
 retirara, para evitar una aniquilación total. Familias enteras de 
elfos, huyeron de Brookmere, salvando únicamente las pocas posesiones 
que pudieron cargar a sus espaldas, mientras los monstruos les 
insultaban desde los muros del castillo. Cedrus, abatido, les amenazó 
con el puño y juró regresar y recuperar lo que pertenece a los elfos por
 derecho.
Han pasado casi dos siglos desde estos acontecimientos, la 
corte de Cedrus y los elfos sobrevivientes se han integrado en el reino 
humano vecino, y los bosques de Brookmere se han oscurecido desde 
entonces engendrando peligros y criaturas.
Pero ese momento ha 
llegado a su fín, Cedrus ha decidido enviar una pequeña expedición al 
castillo, a averiguar que queda de el y del tesoro oculto en sus 
sotanos.
-Un millón de gratitudes a Domingo Serrano por esta magnífica adaptación del gran clásico de Rose Estes, y gracias también a Buran por descubrírmelo. Domo arigato!-

 
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